martes, 4 de enero de 2011

Un sinvivir

Cuando entré a trabajar donde estoy nos dijeron que estaríamos hasta mediados de noviembre, a mediados de noviembre nos dijeron que hasta primeros de diciembre, a primeros de diciembre que estaríamos todo el mes. A finales de diciembre se vio que la cosa daba para más, pero ya no mucho. Lo cierto es que en Navidad hicimos una porra para ver qué día nos íbamos; era una forma de quitarle hierro al asunto, al hecho de que nos quedamos otra vez en el paro. Poco después “se supo” que sería el día cuatro: la noche del tres al cuatro me costó dormir y eché mano de la valeriana… Pues resulta que no: una jefa nos dijo que estamos hasta el día diez, y un rato después otro jefe nos dice que hasta el siete. Si estamos más días, por pocos que sean, mejor, está claro; pero al mismo tiempo es un sinvivir.

Ayer dejé mi curriculum en una pizzería. Hoy fui a un supermercado para echar una instancia para cajera: no se está mal, ya he trabajado en eso dos veces y no me disgustó. También eché una solicitud en una hamburguesería: mientras gusten las patatas fritas y las hamburguesas tampoco puede faltar trabajo. Sólo espero que tanta tensión revierta en algo positivo.

4 comentarios:

  1. Ánimo Ludovica, y que haya mejor suerte en el año entrante.

    ResponderEliminar
  2. Gracia por los ánimos, Conde. Aún no estoy desesperada, sólo preocupada, pero tranquila.

    ResponderEliminar
  3. Ludo, permíteme la broma: antes de pasar por el sinvivir habrá que hacerlo por el sincomer.
    Te ofrezco mi cuello para que me des una colleja por la broma sin gracia.

    Sabes que te deseo lo mejor, sólo quería hacerte sonreir.

    Saludos desde el sur.

    ResponderEliminar
  4. Jajajaj, tengo que reconocer que sí me he reído, aunque no te daría una colleja; tengo más fuerza de la que parece y sería peligroso ;)

    ResponderEliminar