domingo, 23 de diciembre de 2012

Feliz Navidad... supongo


Con los tiempos que corren, a mi manera tengo suerte. Ahora mismo tengo trabajo, que sabe Dios hasta cuándo, pero tengo. También tengo un techo, y el día de Nochebuena tendré una cena caliente. No paro de ir de un sitio para otro ultimando las compras, mirando las luces, eligiendo regalos… lo propio de esta época. Más que celebrar el nacimiento de Cristo, parece que nos preparamos para el fin del mundo, eso que fue hace dos días…



Y es que los mayas (grupo de pueblos indígenas asentados entre México, Guatemala y Honduras, que yo sepa), andaban un poco desorientados (o se les acabó la piedra). Lo que hacemos estos días es un ritual que repetimos todos los años, con la emoción (aunque sería más propio decir tensión) de siempre y con el ansia que tendríamos si fuera la última vez, pero no, tenemos fin del mundo todos los años.



Aún así, siempre se encuentra un hueco (si se pone voluntad) para tomar un café con algún amigo, para pasar a saludar a alguien en su taller de costura, dar un abrazo a la chica de la tienda de chuches o para felicitar las fiestas al conductor del autobús con el que coincides siempre. Picas el billete, saludas al conductor y le dices “Feliz Navidad”. Y pone cara de “con eso no contaba yo”. ¿Por qué se sorprende si debería ser lo propio, en vez de ver pasar a tanta gente con la histeria por ir a comprar lo más caro, a pesar de la crisis? ¡Que se puede vivir sin todo eso!


Un Feliz Navidad no cuesta nada y tiene mucho valor. Yo que soy creyente (y no sé porqué pues a veces las cosas son muy complicadas), me sorprendo a mí misma felicitando las Fiestas a alguien y ellos se sorprenden también; no me extraña. Seguro que otro alguien le comprará un regalo caro, quedará como un rey pero no tendrá tiempo de tomarse una cerveza ni nada con esa persona.


Creo que si sigo me voy a cabrear. Ponerse a hablar de ciertas cosas en estas fechas es como meterse en un pin-ball, pasas de un tema a otro y la bolita termina saliendo a saber por dónde, pero casi siempre por el mismo sitio. Yo ahora iré a comprarme un cava que he visto de color rosado y que tiene buen precio; un día es un día, y no voy a tomar la cena de mañana con agua. Ahora que lo pienso, Santa Claus no tendrá problemas con las huelgas de transportes… Feliz Navidad.


viernes, 7 de diciembre de 2012

Cuando ruge la marabunta


Con el pleno convencimiento de que tengo que apuntalar mi inglés como sea, hoy fuí a una céntrica librería de Madrid, una de esas librerías en las que encuentras de todo. Podría coger uno de los muchos cursos on-line que hay, pero ya paso demasiado tiempo delante de la pantalla del ordenador y mis ojos se resienten. Qué os voy a decir, si normalmente aquello está repleto de gente, en estas fechas está intransitable. No había por donde ir, no podía elegir el camino a seguir; tenía que dejarme llevar por la corriente de agobiantes ríos de gente que me hacían sentir como Charlton Heston cuando se enfrentó a la marabunta.

Charlton Heston y la marabunta ¿o está de compras en el Centro de Madrid?

Entré en el establecimiento, miré las gramáticas de inglés y llegué a la conclusión que tendría que apañarme con un curso on-line gratuito porque los libros tenían un precio inasequible. Decepcionada, pero no sorprendida, decidí buscar algún local con wifi para conectarme con mi netbook y actualizar el anti-virus mientras me tomaba un café. Tampoco fue posible: todo estaba hasta los topes; familias con niños incontrolables, adolescentes que hablaban a gritos de su primera cita o, simplemente, gente que deambulaba sin rumbo fijo por los escasos pasillos libres que había entre todo aquel gentío.

Marabunta: migración masiva de hormigas legionarias que devoran a su paso todo lo comestible que encuentran.
Otra marabunta... Pero ¿qué hace toda esta gente en la calle? ¿No dicen que hay crisis?

Decidí regresar a casa, sin gramática de inglés, sin haber actualizado el anti-virus y con un dolor de cabeza sutil pero constante. Fui a coger mi autobús habitual, pensando conectarme al wifi del bus, pero la cola para subir tenía un largo igual a dos veces el largo del autobús. No quedaba otra que volver a casa en otra línea, una que tarda mucho más y que no impidió que tuviera que coger un autobús más. Y yo ya tenía hambre, como las hormigas…

miércoles, 14 de noviembre de 2012

La huelga de Rajoy


Mañana es día de huelga general. Muchos iremos a currar para no quedar marcados en el trabajo, otros porque no creen en la huelga.

Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid. Está claro que no es la puerta donde recogen las firmas, esta es la otra.

No sé cómo iré, ni si llegaré, y si llego tampoco sé cómo volveré a casa. Ya ni me acuerdo cuándo ni con quién se produjo la última huelga general, pero no creo que sirviera de mucho. Es muy difícil que eso sirva de algo cuando tan pocos hacen lo que les da la gana con la vida de tantos.

Hospital de la Princesa. La atención es magnífica.

Por cierto, en la Plaza del Celenque de Madrid, en la puerta de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad, cerca de la Puerta del Sol, se están recogiendo firmas para evitar varios desahucios y también para la “transformación” en otra cosa de varios hospitales; que se ha hablado mucho del Hospital de la Princesa (y creo que se ha parado lo de éste) pero se sabe poco de lo del Carlos III. Quiero ver a todo el mundo ahí.

Hospital Carlos III. Tiene un equipo profesional de primera línea.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Tartaja


Hace unos días me ocurrió en el trabajo una de las peores cosas que le pueden ocurrir a un encuestador telefónico: me atasqué en una palabra y me puse a tartamudear. Era el miedo a perder mi trabajo si lo hacía mal…

lunes, 22 de octubre de 2012

A vueltas con el dulce de leche


El que no se consuela es porque no quiere. El lunes de la semana pasada me llamaron para incorporarme ese mismo día de una empresa donde había estado trabajando anteriormente para hacer una encuesta; no sé en qué momento oí que una semana. Una vez dentro de la ballena dijeron que hasta el viernes, y después la cosa se quedó en cuatro días. El último día que estuve me dieron un equipo con el que apenas oía y apenas me oían a mí los encuestados, era como si hubiera puesto una conferencia con un poblado de hormigas: tenía que pegar tales voces que aún me duele la garganta, aunque he conseguido dejar atrás la fiebre.

Poblado de hormigas

El mismo viernes me llamaron para decirme que ya no hacía falta que fuera, así que, en vez de ir al trabajo fui volando a mi oficina del Inem para apuntarme y en seguida fui al McDonald’s a pillar de su wifi con el ordenador para pedir hora con el fin de solicitar la reanudación del paro. ¡Horror! Cuando entro en la web correspondiente, me encuentro que debo elegir entre marcar la reanudación para no sé qué contributiva o la opción de alta/reanudación para no sé qué leches. Si elegía la opción que no era, y luego por ello no me podían atender, tenía que pedir cita nuevamente y vete a saber cuando podía pedir la reanudación, y como ya había pasado por un problema así cuando pedí el paro en el verano… Después de estar cuarenta minutos al teléfono para que nadie me pudiera ayudar (máquinas sí había, pero personas no), decidí cerrar el portátil e irme al super a comprarme un bote de dulce de leche, infalible contra la ansiedad.

Ummmm...

Abrí el bote, cogí una cucharada sopera y empecé a comerme el manjar poco a poco. En menos de veinticuatro horas dejé el bote por debajo de la mitad pero me dejó una sensación de paz que casi me hace olvidarme que mañana tengo que regresar a mi oficina de desempleo. Iré con el ordenador y el pincho de internet, me conectaré ahí mismo y luego les pediré, con la pantalla correspondiente delante, que me indiquen cuál es la opción que debo marcar. Cualquiera puede pensar que exagero, pero si por no llevar mañana el portátil no me explican donde debo hacer clic, tendré que pasarme otra vez a comprarme otro bote de dulce de leche y más papel higiénico.

En fin...

lunes, 8 de octubre de 2012

Buitres


Hoy es domingo, supongo que no llamará. Me refiero a un empleado de la entidad bancaria donde me ingresan el paro desde que me quedé sin trabajo allá por el mes de julio.

Joven empleado de banca buscando posible cliente para un seguro.

Tuve que ir un día a mi sucursal, hace ya tiempo, a hacer una gestión y uno de esos señores que se sientan en las mesas me ofreció un seguro (no me acuerdo de qué), pero como estaba a punto de quedarme sin trabajo no me lancé (y de seguir con trabajo dudo mucho que lo hubiera hecho). A pesar de ello, ese buitre con aspecto de empleado de banca no deja de llamarme toooodos los meses. Y yo descuelgo el teléfono con la esperanza de que se trate de una oferta de empleo. A ver, que tiene que hacer su trabajo, pero muy listo no debe ser para no darse cuenta todavía que su producto me importa un carajo y que haría bien en buscarse otro cliente, más que nada por no perder el tiempo (y por no hacérmelo perder a mí). Pero si este chico (digo chico porque no pasará los 25 años) es un buitre desesperado por vender algo porque a saber si se juega el puesto o le dan comisión (eso ya no lo sé), sus jefes son aún más buitres, y no les importa que se esté ofreciendo un producto a alguien que no da garantía de continuidad en el pago, porque lo que importa es sacar los cuartos a cualquiera durante el tiempo que sea posible, aunque sea a alguien que no tiene ni medio año con prestación por desempleo. Y una vez que se deja de pagar, lo que has desembolsado no te sirve para nada.

Jefes del joven empleado de banca decidiendo qué hacer con los posibles compradores de un seguro que lo único que tiene de seguro es que no es seguro que quien lo contrata lo paga todo el tiempo que lo necesita.

Dicho esto, confío en que las cosas no tardarán en mejorar. ¿Por qué no? Ya sé que más de uno o una pensará que soy una ilusa, pero me da igual lo que piensen. Necesito un poco de optimismo, aunque sea imaginario para que los buitres terminen convirtiéndose en una sombra, aunque siempre oscura, si al menos lejana.

Jefes del joven empleado de banca desolados porque no se cumplen las previsiones de ventas de seguros. Pero ¿hay alguien que pueda contratarlos?


sábado, 22 de septiembre de 2012

Yo no soy pobre


Estos días en que me sobra más tiempo de lo que quisiera estoy ordenando mis notas de la agenda y he borrado cosas que me convenía conservar: estoy muy distraída y no me concentro en lo que hago.

José Mujica

Me pongo a navegar por la red buscando algo que me llame la atención y tuve la suerte de encontrar en Facebook algo que le debería hacer pensar a más de uno. Se trata de unas palabras del presidente de Uruguay, Pepe Mujica. No sé cuando las dijo, pero no creo que eso sea importante porque sus palabras deberían ser eternas. Dicen lo siguiente:

Yo no soy pobre, pobres son los que creen que yo soy pobre. Tengo pocas cosas, es cierto, las mínimas, pero sólo para poder ser rico.

Quiero tener tiempo para dedicarlo a las cosas que me motivan. Y si tuviera muchas cosas tendría que ocuparme de atenderlas y no podría hacer lo que realmente me gusta. Esa es la verdadera libertad, la austeridad, el consumir poco. La casa pequeña para poder dedicar el tiempo a lo que verdaderamente disfruto. Si no, tendría que tener una empleada y ya tendría una interventora dentro de la casa. Y si tengo muchas cosas me tengo que dedicar a cuidarlas para que no me las lleven. No, con tres piecitas me alcanza. Les pasamos la escoba entre la vieja y yo; y ya, se acabó. Entonces sí tenemos tiempo para lo que nos entusiasma. No somos pobres.

Ahí queda eso. Sr. Mujica: ojalá hubiera más gente como usted.

lunes, 27 de agosto de 2012

No es tan difícil


Seguro que he dicho más de una vez que vivimos una época difícil (uy, qué lince…). Nos pasa algo y en seguida estamos escribiendo un sms o un email, que siempre parece que molesta menos que una llamada pero, si no tienes tarifa plana, mejor un cara a cara. Lo curioso es que, si pones 10 ó 15 sms (o más) te los contestan todos, y te animan con las palabras más cariñosas. Si se trata de una llamada te hablan hasta que reciben un sms que indica que se han terminado los minutos que dicen que son gratis (si tienen teléfono fijo no sé qué excusa se inventarán), y si quedas con alguien te echan la bronca cuando te preguntan “qué tal” si luego resulta que tu problema es el de siempre. Si ya lo saben ¿para qué preguntan?


Aquí lo que me planteo es una cosa: ¿nadie se da cuenta que la solución más barata, y con la que se dice más, es un simple apretón de manos o unas palmaditas en la espalda? (un abrazo ya cuesta). No es tan difícil. Lo que sí tengo claro es que, a partir de ahora, cada vez que me pregunten cómo estoy me limitaré a un “bien, gracias”. Lo mismo que sé escuchar, también sé ser borde.

lunes, 20 de agosto de 2012

Yo confieso...

No, no voy a hablar de Montgomery Clift. En tiempos de verano la relajación tanto física como mental sigue caminos insospechados… No estoy haciendo nada de ejercicio por el calor y leer me cuesta (quizás necesite gafas nuevas), pero al menos tengo con quién hablar de diferentes temas que me gustan. Y es que, desde hace tiempo le dejo mis libros a un amigo que está pasando un mal momento (eso todos, pero él peor), y la lectura le está ayudando a evadirse. Le he dejado un libro sobre la “verdadera” historia de los mosqueteros, otro sobre el III Reich, ahora mismo está leyendo uno sobre la revolución alemana de 1918… Lee a la velocidad del rayo, y es un gran erudito, por lo que las conversaciones con él son muy enriquecedoras: lo mismo hablamos de filosofía, que de arte, historia, política u ortografía.

Athos, Portos, Aramis y D'Artagnan.

Un día nos fuimos a tomar una cerveza y estuvimos hablando de lo que habíamos hecho en el día. Le conté que había estado viendo la tele porque, a ver, no todo va a ser estudiar. Casi todas las series que me gustan ver son reposiciones, se ve que por la crisis no compran capítulos nuevos, pero no me molesta demasiado. De pronto, y sin avisar, le solté que estaba viendo un culebrón que, además, era una reposición. Este culebrón me gusta especialmente, no por las actuaciones de los actores jóvenes, sino por la de los más mayores, que hacen un trabajo mucho mejor probablemente por la experiencia.

Arturo Peniche.

Me dí cuenta que mi amigo se quedó impactado, mudo; quizá le parecía inconcebible que alguien que lee sobre la Primera Guerra Mundial sea capaz de ver una telenovela donde la tía solterona es la única que no se come una rosca. Ya podía hacer una disertación sobre la relación que había entre La Celestina y Real del Monte, que el pobre no recuperaba la palabra.

Leticia Calderón.

Después de un momento de silencio, mi amigo empezó a pasar las hojas del libro que le había llevado y se puso a ver las fotos. “Éste es el káiser, ¿no?”, acertó a decir después de permanecer callado largo rato. Traté de desfacer el entuerto diciéndole que otro de mis grandes secretos es mi afición a las películas de Jackie Chan pero hizo una mueca muy rara, así que nos despedimos hasta la próxima y me fui a casa.

Guillermo II.

La verdad, no lo entiendo. ¿Dije algo malo? En el capítulo de mañana creo que la chica a la que plagiaron un libro conseguirá poner en evidencia al cerdo que lo hizo, y todo gracias a la ayuda de su jefe, del que está enamorada en secreto pero que se va a casar con otra que a su vez prefiere al padre legal del chico que…

Jackie Chan.

viernes, 3 de agosto de 2012

El Hospital Clínico Veterinario

Poco a poco voy regresando a la normalidad, después de mi fallido examen de julio y molestias estomacales provocadas por las preocupaciones y el calor, lo que me ha retrasado en un montón de planes. Esa normalidad incluye haberme quedado sin trabajo, lo que da mucho tiempo para pensar y volver a escribir, por ejemplo, sobre el cierre del Hospital Clínico Veterinario de Madrid el 12 de julio, por falta de crédito. Este centro está vinculado a la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense, y es donde sus estudiantes hacen las prácticas.

Hospital Clínico Veterinario.

Hace cosa de dos años tuve el triste privilegio de saber de la categoría humana y profesional del personal de ese centro cuando mi perro Trasgo fue tratado ahí de sus dolencias en sus últimas seis semanas de vida. En todo ese tiempo, no nos pudieron tratar a Trasgo y a mí con más cariño, lo cual se agradece en una situación que para mí era del todo nueva. Cuando la muerte de Trasgo se hacía ya algo inevitable, le pregunté a su oncóloga si podía donar su cuerpo para investigación, y me dijo que sí, y que ese era precisamente el lugar donde debía hacerlo: lo hice porque era el mejor equipo oncológico para perros de toda España. Aquí quiero dejar bien claro que si no salvaron a Trasgo es porque ya no se podía hacer nada por él, y que si doné su cuerpo a la ciencia fue por ayudar a otros perros. Y quién sabe si lo que estudiarían con él también serviría para ayudar a personas.

Ya sé que mucha gente estará pensando que antes que dar dinero a los animales mejor dárselo a las personas. Pero, los que nos hemos pasado casi toda la vida solos no lo vemos así: no hay nada como un guau o un miau para combatir una depresión. Y tener la seguridad que va a haber alguien que atienda a nuestro perro, gato, caballo o lo que tengamos, y que además lo haga bien, es algo que no tiene precio. El Hospital Clínico Veterinario de la Universidad Complutense de Madrid es un referente de cómo debe ser un centro de esas características. 

Trasgo en una mesa de reconocimiento del Hospital Clínico, hace dos años.

Pero no todo van a ser malas noticias. El malestar que me ha impedido trabajar en los blogs durante tanto tiempo ha hecho que el final de este post sea muy diferente al que tenía pensado cuando empecé a escribirlo. Resulta que el 30 de julio ha habido una reunión en el Rectorado para hablar de la reanudación de la actividad del Hospital Clínico, y parece que se tienen esperanzas de que no tarde mucho. De ser así, sería la primera noticia con esperanza que oigo en mucho tiempo.

jueves, 12 de julio de 2012

La Marcha Negra

Estoy a dos días de saber si paso a la siguiente fase de la oposición. Durante muchas semanas ni he querido ver las noticias para no deprimirme y poder centrarme en lo mío, pero semejante ostracismo no ha impedido que me enterase de algunas cosas porque, a ver, la gente habla por la calle y en el Metro siempre hay alguien que va leyendo la prensa gratuita: imposible no enterarse de nada si quién la va leyendo es alguien que tienes enfrente.

Marcha Negra a su paso por Villacastín (Segovia).
Mineros a su llegada a Madrid.

Lo cierto es que hoy, fecha en la que he firmado el despido del trabajo en el que estaba, he releído algunas cosas que había apuntado desde días atrás; yo siempre llevo un cuadernillo donde voy apuntando ideas o cosas que me llaman la atención. Algunas de esas cosas eran: recortes en ayudas a niños autistas, los pensionistas tendrán que tragar con el copago de los medicamentos, subida del IVA, recortes a los desempleados… Pero quería destacar un acontecimiento: ayer llegó a Madrid la Marcha Negra, unos 200 mineros (y mineras) procedentes de Asturias, Castilla-León, Aragón, Castilla-La Mancha y Andalucía: SE HAN HECHO EL RECORRIDO A PIE, tardando un total de 19 días. Y entre Oviedo y Madrid hay más de 400 kilómetros. Vienen a protestar por los recortes que amenazan a más del 50% del sector. Se hizo una marcha nocturna atravesando la Gran Vía de Madrid, y también se hizo una manifestación en frente del Ministerio de Industria, marchas a las que acudieron una multitud de personas que fueron a arropar a estos héroes.

Marcha nocturna de los mineros en la Gran Vía de Madrid.
Mineros camino del Ministerio de Industria.

Ahora mismo no sé cuánto me queda de paro, ni sé cómo haré cuándo se me acabe el dinero si para entonces sigo sin trabajo. Pero también pienso en cómo estará esta gente, cómo estarán todos esos mineros para que hayan venido a Madrid, insisto que a pie, en una de las épocas de más calor de todo el año. Y no falta gente que se permite ironizar en público sobre estas personas, al fin y al cabo, seres humanos que luchan por su pan a costa de mantener un trabajo que no es precisamente cómodo. ¿Cuándo se va a recortar de los sueldos de las personas que toman estas medidas?

miércoles, 4 de julio de 2012

Un dios salvaje

Escribo esto mientras regreso a casa después de haber visto una película de Roman Polanski, Un dios salvaje. No estaba mal, aunque quizás demasiado claustrofóbica: se desarrolla en un 95% en el salón de una casa. La película trata de dos parejas que se pasan la película discutiendo en ese salón sobre los hijos de ambas, y es que uno de los chicos le ha roto dos dientes al otro.

Bueno, me merecía esta distracción después de haber sufrido el examen de la oposición este lunes. Era un ejercicio práctico (comentario de una cliserie ¡ay! para Geografía, comentario de texto con Aristóteles y Marx incluido para Historia, y comentario de una lámina con panteón para Arte) y uno teórico a elegir entre cuatro: yo elegí los Austrias. Estábamos convocados a las 9 de la mañana y no me fui del lugar del examen hasta las 14,30. No fue tan angustioso como pensaba y, si apruebo lo del lunes, el día 15 haría la defensa de la Programación y haría una prueba más, esta vez sólo de alguno de los temas de Historia del Mundo Contemporáneo de 1º de B.U.P., curso y materia en las que baso mi Programación. Pero hay algo a lo que vengo dándole vueltas desde el día del examen: según mis cálculos, basados en que un profesor de los que vigilaban dijo el número de tribunales y en el hecho  de que en mi grupo éramos unas 25 personas, el número de aspirantes para las 11 plazas que se ofrecen para la especialidad de Geografía e Historia, sería de unas 660 personas, pero luego me acordé que la gente que se examinaba en mi tribunal se distribuía en dos aulas. (Quiero hacer una puntualización: las 11 plazas de acceso libre, salen de las 30 que se ofrecieron cuando se convocó la oposición. Esas 11 con las que quedan después de quitar las destinadas a opositores con minusvalía o a los procedentes de otros cuerpos de funcionarios. En una información publicada en el diario El Mundo el lunes 2 de julio, a las 14,31 horas, el número de plazas son 300, de las que desconozco su procedencia).

La verdad es que, después de la última prueba tenía tantas ganas de regresar a mi cuarto para descansar, que no me fijé si pasaba lo mismo con el resto de los tribunales. Y espero que no, porque de ser así, en vez de 660 aspirantes para 11 plazas serían muchos más. (Otra puntualización: en la misma información del diario El Mundo mencionada más arriba, pone que los aspirantes a esas 300 plazas son un número de 2.146). Desconozco el origen de todo este caos, pero se me hace como que lo ha organizado un dios salvaje.

miércoles, 27 de junio de 2012

Se acerca el gran día

Desde hace varios días hay momentos en que me entran ganas de ponerme a llorar de lo tensa que estoy: ya sé que este viernes es mi último día de trabajo en la empresa donde he estado trabajando desde septiembre. También sé que el lunes es el examen para profesor de ESO y Bachillerato: me toca examinarme en Leganés a las nueve de la mañana. Para el que no conozca estos lares, Leganés es una ciudad de la provincia de Madrid (como Alcobendas o Móstoles) donde antiguamente había un manicomio. He tenido suerte: la vez anterior fue en Majadahonda, en una época del año donde había un transporte nefasto y, peor aún, donde apenas había gente en la calle del calor que hacía, así que -si me perdía- se hacía muy difícil encontrar a un ser humano a quien preguntarle si iba por buen camino (si se trataba del malo conmigo misma tenía suficiente para darme cuenta).

Esta vez me he metido en el Google para ver cómo se iba hasta el instituto donde me examino; como la primera opción que me daba el buscador la entendía no quise complicarme con más: tardaría hora y media en llegar desde mi casa. Hace dos días hice el trayecto y puedo decir que es algo más de hora y media, pero una vez en el instituto, me encontré con una limpiadora que me indicó un camino más corto, lo probé a la vuelta a casa y ese será el que haga para ir al examen.

Otra cosa que encontré, y que no contribuyó a tener una tranquilidad tan necesaria en estos momentos, fue que, en la web de la Comunidad de Madrid encontré algo de la necesidad de un certificado digital para consultar las notas del primer examen si quería pasar al segundo. ¿Ya no es suficiente con el DNI? Se ve que no. Encima, llevo tres días seguidos queriendo hablar con el 012 para que me expliquen eso del certificado digital, pero llamo y se corta la comunicación. Al final terminé en una oficina de atención al ciudadano donde me explicaron cómo se hacía lo de ese certificado y, una vez instalado (previa llamada por dos veces a un 902) probé a pedir una vida laboral para ver si el certificado funcionaba, y funcionó. Me he olvidado de explicar que lo del certificado digital es un programa que (previo mogollón de gestiones con el ordenador y en oficinas de Seguridad Social, Comunidad de Madrid o etc. etc. etc.) se instala en el ordenador para hacer gestiones en determinadas webs pero con más seguridad de la habitual, porque algunas se pueden hacer igual. No me quiero imaginar que hará el opositor que venga de fuera o el que no tenga ordenador propio (que aún los hay).

Ahora mismo me dirijo a mi barrio; voy aprovechando el wifi del bus. Quiero ir a a biblioteca a darle los últimos toques a la programación. No sé cómo va a acabar todo esto, pero estoy harta. Tengo ganas de hacer los exámenes de una p… vez y olvidarme de todo por una temporada.

miércoles, 20 de junio de 2012

La aventura de llevar helado hasta el quinto pino sin que se derrita

Hoy cumplo suficientes años como para no querer decir cuántos años son. Lo he celebrado de una forma muy peculiar. Ayer llevé helado a mis compañeros de trabajo, dicho sea de paso, casi todo mujeres. Pero como yo vivo en Madrid capital y mi trabajo está en Alcobendas compré también dos bolsas de hielo y metí todo en una nevera que compré en los chinos. La china que me vendió el hielo me dijo “tú mucha plisa, en una hola todo agua”. No me atreví a preguntarle si el helado o el hielo y salí corriendo. No sé cómo lo hice pero tardé poco más de media hora.

Al llegar aún estaban los compañeros del turno de mañana, y como me daba corte atravesar las dos salas para meter los helados en la nevera, entré por una puerta trasera para que sólo me vieran en una. Los compañeros de la mañana que me vieron se quedaron alucinados y yo sólo supe responder que “por algún sitio tenía que entrar”.

Salí otra vez de la sala, dando la vuelta otra vez al edificio, y entré en el comedor de la empresa a hacer tiempo hasta que empezara el turno de la tarde. A eso de las siete salimos a descansar y comimos el helado: no había llegado mal. Había de nata y de whisky (je, je, je).

Hoy cuando llegué, una compañera se acordó que era mi cumple y me dijo “¡si es tu cumple, muchas felicidades!”, y me dio dos besos. Luego otra me dijo “¡anda, si es verdad!”, y me dio otros dos besos. Y luego otra “¡es cierto!”, y otros dos besos. Y así un montón de compañeros de mi turno.

En la tarde, a eso de las ocho, se acercaron tres compañeros más a felicitarme por mi cumple. Yo creo que a esas horas había batido un récord en la empresa; no es por presumir, pero entre unos y otras debieron besarme unas 21 personas. Cuando regresé al barrio, comí aún más helado con mi familia, y luego con mi casera, su hermano y su perro (a estas horas el helado ya se me sale por las orejas).

Casi me olvidaba de contar porqué llevé el helado ayer; hoy estaba convocado el personal para confirmarnos lo que se venía sospechando algún tiempo: se termina el trabajo y no sabemos porqué. Claro, no era el momento más adecuado para celebraciones. Quizás se reanude en un mes, quizás no se reanude. En cualquier caso incertidumbre. Nuestra tranquilidad sí que se ha derretido.

sábado, 9 de junio de 2012

Mi juguete nuevo

Bueno, habrá quien deje de hablarme después de lo que he hecho... Me he comprado una cosa que me servirá para leer libros electrónicos... No, no es un Kindle ni nada parecido. El Kindle me parece una soberana gilipollez, para leer está muy bien pero para escribir la cosa ya es más complicada. Me he comprado un netbook, y me sirve para leer, para escribir, para navegar por la red... y es en colores, no como en lo otro que siempre es grissssss.


Me fuí a la Fnac que hay en el centro de Madrid, en Callao y le puse la cabeza como un bombo al pobre hombre que me atendió pero, al final me dije, from lost to the river, y me lancé. Estaba tan emocionada que me olvidé de que también fuí al centro para comprarme unos zapatos (iré mañana si no me vuelvo a olvidar).

Quien también lo va a agradecer es mi espalda: el portátil está muy bien cuando sólo tienes que llevar el portátil, pero si tienes que llevar algo más es como si fueras uno de esos soldados que se llevan a la guerra una mochila con un peso horroroso. Me va a servir para trabajar con Office, para leerme los 500 libros que tengo en pdf (bueno, los 500 no sé, pero sí muchos), incluso para trabajar con el Dreamweaver... Eso sí, me han recomendado que no le meta el Photoshop porque me puedo arrepentir :(.

En fin, a menos de un mes del examen de la oposición también me servirá para llevar encima un montón de apuntes que, de otra manera, necesitaría una carretilla para llevarlos. Y, qué cñ, si no sacara el examen adelante, que por lo menos me quede algo bueno de estos días tan tensos.

jueves, 17 de mayo de 2012

Para mis amigos perrunos

Como ando algo liada, no paro mucho por aquí, por lo que me he saltado varios posts que tenía pensado escribir y de pronto me encontré con una fecha muy significativa para mí, el 17 de mayo. Y es que hoy Trasgo, mi perro, hubiera cumplido trece años. También su hermanita Vive, su gemela. Ambos subieron al cielo el 2010, año espantoso como no recuerdo otro. Afortunadamente, el tiempo es la mejor cura para el dolor y, aunque sigo recordando a Trasgo, ahora lo recuerdo con emoción e incluso con alegría porque, a pesar de ser un buen compañero, no era ningún santo y también hizo de las suyas. El nombre se lo puso mi madre, inspirada en uno de los personajes de un libro de mitología celta que estaba leyendo cuando lo conoció.

Trasgo a punto de saltar sobre un maravilloso trozo de cualquier cosa que se pueda comer.

A Vive la traté muy poquito, porque no era mía, era de Ana, la primera dueña de Trasgo. A pesar de lo alegre que era Trasgo (Trasgo…, Trasto…), Vive no podía ser más sosa. Parece que cuando nació se vió afectada por la anestesia que pusieron a su madre, Sombra, o le faltó oxígeno, no lo recuerdo muy bien. Lo cierto es que le estuvieron dando masajes para que reaccionara diciéndole “vive, vive, vive…” hasta que reaccionó. Y Vive se quedó.

Vive esperando a Ana.

Pero no quería recordar la fecha de hoy como algo triste. De vez en cuando echo un vistazo a fotos y videos sobre perros, y a veces he encontrado cosas muy divertidas. Hace poco descubrí en Youtube un vídeo en el que salen unos perros cantando ópera. El protagonista es Basil, un scottish terrier (como Trasgo y Vive) que no tiene miedo al directo… Está todo en inglés y sin subtítulos, pero creo que no necesita traducción. Kira, Mora, Scott: esto también es un homenaje para vosotros. Bueeeno, ya no os aseguro que lo próximo no será de perros… ¡Guau, guau, guau!


lunes, 30 de abril de 2012

Dardo

Dardo

No me imaginaba que escribiría otra vez tan pronto sobre "animales"...

Tengo varios amigos argentinos en el Facebook, por eso me entero de las noticias de allí con más facilidad (y no me refiero a lo que pasó con YPF). Lo digo pensando en un deplorable acontecimiento que tuvo lugar en la ciudad de Salta, a 1483 kms de Buenos Aires, al noroeste de Argentina.

El viernes, casi en la medianoche española, alguien colgó en su muro que unos estudiantes estaban celebrando algo en un parque, no recuerdo el qué, pero eso ahora da igual. Un grupo de esos estudiantes sacó petardos y similares más o menos fuertes. Se dijo que dos chicas hicieron la gracia de meter uno de esos petardos en la boca de Dardo, un perro callejero que solía deambular por el parque. La carga estalló y Dardo quedó al borde de la muerte. La policía no tardó en llegar para llevarse al perro a un veterinario, a pesar de la resistencia inicial de los estudiantes, que pensaban que se lo llevaban para sacrificarlo. El perro fue intervenido y saldrá adelante. Y parece que le han salido varios candidatos para adoptarle: ojalá.

¿No nos olvidamos de alguien? ¡No! Me refiero a las dos bestias que casi matan a Dardo. Las noticias aquí son confusas: que si detuvieron a una chica, que si no hay identificaciones de ningún tipo… Está claro que no puedo decir con exactitud lo que pienso al respecto de todo esto (porque si lo hago encima me la cargo yo) pero sí espero que se haga justicia, JUSTICIA.


lunes, 23 de abril de 2012

Cuando la educación no disimula la estupidez humana

Hace unos días fui al centro de Madrid cogiendo un autobús que pasa por la Ciudad Universitaria, donde está la Universidad Complutense. Por el camino, iba pensando en las gestiones que tenía que hacer cuando subieron tres chicas que venían de alguna de las facultades cercanas: iban comentando cómo habían sido las clases del día y todo lo que tenían que estudiar. Se sentaron a mi lado.

De pronto, una de las ruedas del autobús rozó el bordillo de la acera haciendo un ruido muy raro, como un chillido. Afortunadamente, la rueda no reventó y el asunto no fue a más. Pero una de las gilipollas que se sentaron a mi lado soltó: “a ver si han atropellado a un perro” y se rió. Y las otras le hicieron los coros.

Sigo dándole vueltas al asunto. Por más que lo pienso, no entiendo la gracia del chiste, o a lo mejor soy yo que he perdido el sentido del humor, pero creo que jamás me reiría si atropellan a un animalito, sobre todo después de haber disfrutado de la compañía de un perro maravilloso al que sigo considerando único. No sé si él les hubiera dicho algo, pero sospecho qué hubiera hecho...



miércoles, 11 de abril de 2012

A ver si convocan las oposiciones de una vez...

El día 12 de marzo la Comunidad de Madrid anunció su intención de convocar 190 plazas para el cuerpo de profesores de Educación Secundaria. Casi un mes después, el día 9 de abril, el Gobierno anuncia que recortará 10.000 millones de Sanidad y de Educación. En el periódico El Mundo he leído que se mantendrá la gratuidad del sistema sanitario: es lo justo porque lo mantenemos con nuestros impuestos. Pero ¿qué pasa con la Educación?

Hay un fuerte debate sobre si Enseñanza Pública o Enseñanza Privada. Yo he tenido ocasión de conocer las dos opciones y pienso que es el azar lo que hace que se tengan profesores con vocación y con preparación. El hecho de pensar que por llevar a los hijos a un colegio privado se les va a atender mejor porque habrá menos gente en las aulas es un error: yo estuve en un colegio privado de Madrid de los 8 a los 13 años y había 40 niñas en clase. A los 14 entré en uno público y había bastante menos de 30.

Insisto en que, aparte de los colegios en los que estuve yo, he tenido ocasión de obtener información de primera mano sobre la calidad de la enseñanza en muchos colegios privados y eso hace entender el porqué tantos padres tienen interés en meter a sus hijos en esos colegios. Pero ¿qué pasa con los padres que no pueden pagar a sus hijos esa enseñanza? O simplemente ¿qué pasa con los padres que creen en la Enseñanza Pública como una opción tan válida como la Enseñanza Privada?

Reconozco que en ninguna parte he visto, refiriéndose a la Educación, una explicación tan clara como la de que el sistema sanitario seguirá siendo gratuito. Pero igual es que no han dado esa explicación. Y si no lo hacen eso lleva a que la gente saque sus propias conclusiones: si se anuncian recortes de  10.000 euros (de carácter anual, no sólo para esta ocasión), si se mantienen las subvenciones a la Enseñanza Privada y si no terminan de convocar las oposiciones… ¿será que no van a convocar las oposiciones a pesar de haber anunciado que saldrán 190 plazas para todo Madrid? 

martes, 20 de marzo de 2012

La Revolución Francesa

Mientras espero a que convoquen o dejen de convocar las oposiciones a profesor de secundaria y bachillerato, sigo preparando los temas. Es duro cuando lo único que está claro es la incertidumbre. El caso es que en este pasado fin de semana tuve ocasión de ver en la tele Desirée (1954), con Jean Simmons en el papel de Desirée, la novia despreciada por Napoleón, y Marlon Brando en el papel de Napoleón, el corso que tuvo en jaque a toda Europa durante durante diecinueve años, si contamos desde el inicio de las campañas de Italia. Josefina era Merle Oberon y el general Bernadotte un hay que ver cómo estaba Michael Rennie.

Napoleón y Josefina

La verdad es que la proyección de la película fue muy oportuna porque acababa de terminar el tema sobre la Revolución Francesa, para ser más exactos El debate historiográfico sobre la Revolución Francesa (qué divertido), y en este tema se habla sobre las diferentes teorías que hay y que hubo sobre la dichosa revolución, qué papel jugaron el pueblo, Robespierre, Napoleón…, y al terminarlo caí en la cuenta de un pequeñísimo detalle: en todo el tema no se menciona ni una sola vez a Luis XVI, ni aparece una miserable guillotina. Y si mencionaron a Napoleón, gracias. Vale que era el tema de “las ideas” y el que lo planificó me demostró que se puede hablar de la revolución prescindiendo de los protas más glamurosos pero, merde, lo podían haber hecho un poquiiiiito más ameno. Que si yo tengo que enseñar eso a los chavales se me van de clase y yo con ellos.

Desirée y Bernadotte

Antes de acabar: han anunciado (que no convocado) que la Comunidad de Madrid nos ha comunicado su intención de convocar 190 plazas del cuerpo de profesores/as de Educación Secundaria (¿también Bachillerato?), cuando en la convocatoria anterior convocaron (si no me equivoco) 439. Que cada cual piense lo que le dé la gana, pero yo creo que nos están guillotinando la ilusión.

viernes, 24 de febrero de 2012

No sé qué pasa... ¡snifff!


Llevo hoooooras intentando contestar un comentario que me ha hecho mi amigo Mario: lo he intentado como usuario de Google, entrando a la cuenta del blog e incluso como usuario anónimo. ¡No tengo forma de hacer un comentario en mi propio blog! (en el otro aún no lo he intentado). Así que ahora probaré el recurso de hacer una entrada, que para algo estos son “mis dominios”.

Desde luego, esto de poder hacer un blog, contar historias y expresarse como a uno le viene en gana es todo un invento pero, ¿a quién recurrimos cuando hay un problema técnico? Si alguien lee esto, por favor, que me lo diga. No lo digo de broma, es que ya no sé por dónde meterme para arreglar el problema.

viernes, 10 de febrero de 2012

Un cambio sorpresa


Hace dos días me llegó un e-mail con un enlace al periódico El Mundo. Y debajo, el colega que me lo enviaba me decía que habían cambiado los temarios de las oposiciones para profesores, esos que pretenden dar clase de ESO y Bachillerato dentro de la enseñanza pública. No entendía nada; pero cuando pinché el enlace y ví la noticia desarrollada en toda su dimensión no me lo podía creer, era algo surrealista.

El año pasado encontré varias versiones del guión de un temario nuevo previsto, hasta que en noviembre lo aprobaron (con publicación en el BOE incluida), apenas dos días antes de las elecciones, por lo menos el de mi especialidad. Francamente, creo que cogieron ese día porque había que coger alguno, nada más. No es que el temario nuevo me gustara mucho, pero tenía innovaciones interesantes y (porqué no decirlo) habían quitado temas que me horrorizaban, y habían puesto otros en los que encontraba cosas que me encantaban; aunque por miedo a posibles nuevos cambios no me atreví a comprarlo antes de que no estuviera bien asentado. De todos modos, tuve tiempo de bajarme de Internet 40 temas elaborados según las directrices para el temario nuevo: siempre hay gente que ayuda a los que no andamos tan sobrados de dinero para comprarnos temarios todos los días; me refiero a los compañeros del Proyecto Clío. Con los demás temas utilizaba la información antigua pero siempre teniendo delante el esquema de los temas nuevos. Vamos, que iba adecuando la información antigua a las exigencias nuevas. Y de repente, van y sueltan la noticia sólo 4-5 meses antes de un examen que aún no tenemos la seguridad de que vayan a convocar (digo 4-5 meses porque la tradición dice que el examen cae en junio). 4-5 meses para reestructurar toda la información. ¡No teníamos que hacer poco esfuerzo y ahora nos complican con esto! Estoy completamente desolada.

Seguro que no soy la única persona que ahora ve las cosas en blanco y negro...

No quiero entrar al análisis de cuál de los dos temarios es mejor, la verdad es que ya me da igual cuál de los dos es el más adecuado. Ahora bien, no sé si opinarán lo mismo los 60.000 opositores que se han visto afectados por la medida (entre los que me encuentro yo), ni cuántos de ellos se han comprado el temario nuevo-anulado y que ahora se comerán con patatas (por decirlo finamente).