lunes, 4 de octubre de 2021

Lealtad

Lealtad…, qué bien suena pero qué poco se usa. A lo mejor porque es un término un tanto impreciso y difícil de comprender tiende a confundirse con fidelidad. De hecho, es más fácil ser fiel que leal porque puedes estar con alguien y no mirar nunca a otra persona, pero sí ponerla a caer de un burro por teléfono, por ejemplo. Lo de la lealtad es difícil hasta para definirla.

¿Cómo te sentirías si tus amigos han salido y no te han llamado? ¿Si te pueden ayudar para conseguir un objetivo y tampoco? Llevo años queriendo ir al Parque de Atracciones, me encanta ese tipo de juerga, y la última vez que un familiar llevó a sus hijos me dice “no te llamé porque creí que te aburrirías con mis hijos”. Realmente no lo sé porque he tratado poco con ellos, pero ¿por qué dan por sentado algo sin haberme preguntado antes? Ya no hablo de los miedos pandémicos: si ahora me llaman les diría que no me subo ni a la noria ni a nada, simplemente, no voy. Haberme llamado antes.

Lo que me ha molestado ahora no tiene nada que ver con la montaña rusa o el túnel fantasma y no tiene ninguna gracia pero da miedo. No entiendo porqué esa necesidad de callarse algo para que otra persona no se beneficie. Bueno, si fuera un enemigo sí lo entendería (para que voy a mentir) pero cuando has tenido gestos de generosidad con alguien y te responden así… No se puede ser más mezquino.