miércoles, 10 de enero de 2024

Te lo dije

Conozco gente que se empeña en tratar con gente que les hace sentirse mal. Da igual que se la jueguen una y otra vez: seguirán tratando con esas personas y, encima, los justificarán. No sé cómo llamar a eso pero es desesperante: intentas aconsejar a alguien a quien están haciendo daño porque ves su situación desde fuera y por eso te das cuenta de lo que pasa. No entiendes cómo se puede ser tan idiota para dejar que te pisoteen. Entonces te acuerdas de que a ti te pasó lo mismo muchas veces y era inútil que te dijeran «esa persona no te conviene»: solo aprendías la lección cuando te llevabas una decepción, y a veces eso tenía que ocurrir varias veces.

Hace poco le decía a alguien «si vas con esa persona puede volver a hacerte daño, no es que tenga una bola de cristal, lo sé por experiencia». Y te dan la razón, pero la burra siempre vuelve al trigo. O a lo mejor soy yo, que empiezo a parecerme a una persona mayor (ya tengo suficientes años para ello) de esas que cuentan batallitas. Quizás no entiendo que a veces es más productivo aliarte con alguien que es capaz de vender a su madre con tal de tener una victoria, aunque sea pírrica. No lo entiendo. Y seguirá ocurriendo, y yo diré «te lo dije», igual que me lo dijeron a mí. Por cierto, Feliz 2024.

sábado, 11 de noviembre de 2023

Hace seis años

La llamé como siempre que era su cumple. "Estoy en clase, hablamos luego" me dijo. Todavía estoy esperando. Más tarde supe que "se olvidó" de mí y que el pastel y el café se lo tomó con otras personas. El pastel y el café me lo podía pagar yo pero aquello me sentó mal. De eso hace seis años justos y era sábado, como hoy.

No pasó mucho tiempo sin que supiera que me estaba haciendo un favor, como todas aquellas personas que se comportan así. Cuesta aceptar que alguien sepa utilizarte aunque carezcas de encantos sociales, pero descargar la mochila de ese peso me ayudó a reconocer mi propio valor a pesar de no tener la misma suerte que otros.

Salí ganando al perderla de vista: hay mejor gente que ella, el mundo está lleno de esas personas.

jueves, 24 de agosto de 2023

Necesito un trabajo

Necesito un trabajo, y eso de que todo el mundo lo consiga menos yo, no ayuda. Y tengo miedo de contarlo porque la respuesta no siempre es amable. Cómo se nota que la gente se crece cuando se olvidan los problemas. No se trata solo de ganar dinero sino de sentirse útil por ganarlo. Y mientras tanto veo pasar la vida, la vida de otros, delante de mí: cómo hacen planes porque pueden hacerlos. Yo también podría pero no se tiene eco si no se tienen ingresos.

Al menos mis sobrinos se acordaron de mí. Venían de hacer el Camino de Santiago y me llamaron para encontrarse conmigo en Madrid. Me traían un regalo que yo agradezco infinitamente: alguien se acordó de mí, por verdadero cariño, no por aprovechar las relaciones sociales o por interés alguno.

jueves, 10 de agosto de 2023

Y de repente, el mundo se paró

He pasado dos días limpiando y ordenando sin parar. No puedo decir que el orden esté entre mis virtudes. Me ocupé especialmente del caos que tenía en el rincón de la salita.

Debajo de todo encontré unos cuadernos que me regaló mi sobrina la mayor. Uno de ellos tiene escrito en la portada "lograré todo lo que me proponga". Este cuadernillo (no es muy grueso, parece un panfleto) lo utilizaba para escribir un diario de forma telegráfica. La última anotación la hice el 10 de enero de 2020: hablaba de una reducción de jornada y de los incendios de Australia. Después dejé de escribir, sin más.

Estaba demasiado pendiente de un trabajo del que no llegaron a llamarme, y también de citas médicas que de tan tarde que me las dieron las cancelaron por lo que ocurrió después. Porque se declaró una pandemia, porque el mundo se paró de repente.

miércoles, 12 de julio de 2023

Qué pena de confianza

Hace tiempo descubrí que, de todas las cosas que te pueden doler, la que peor llevo es haber perdido la confianza en alguien. ¿Cómo te puede hacer ilusión volver a tratar con alguien que te ha “prometido” tantas cosas y luego no ha cumplido ninguna? Llega un momento en que te harta.

Estaba recordando que, en los años de Universidad, tenía una “amiga” que se pasaba la vida diciendo “quedamos el finde y te enseño a esquiar”. Si para entonces no había llamado, alguna vez llamaba yo, ¿por qué no? Pero siempre me atendía la llamada su madre que me decía “Paloma se fue ayer a esquiar, regresa el domingo”. Una vez me dijo de quedar cuando yo ya había quedado y va y me dice “ay, ¿y por qué no cambias el plan? De verdad que quedamos”. Me lo tragué y me dejó colgada, cumpliendo la tradición.

Creí que cuando fuera una persona madura eso ya no me ocurriría y que nadie me tomaría el pelo. ¡Ja! Los hay que tienen un arte… “Oye, qué te pasa. ¿He dicho algo malo?”. Mi madre dice que un día voy a tener un problema si contesto como contesto cada vez que alguien me la juega. Me da rabia, esas son las personas que hacen que no haga caso a la gente que de verdad merece la pena. Soy imbécil.

martes, 20 de diciembre de 2022

Como un globo que se desinfla después de pincharse

Mi padre me decía que cuando entras a una iglesia tienes que pedir tres deseos: salud, dinero y amor. Se ve que voy muy poco porque la salud regular, no tengo trabajo y del amor mejor no hablar.

En abril de 2020 tenía cita con un traumatólogo para la revisión de unas antiguas fracturas en el brazo izquierdo: por motivos obvios se cancelaron, pero ahora no hay forma de recuperarlas con el caos que hay en la Sanidad Pública. Mi hermano me decía ayer que si voy al hospital con un hacha en la cabeza como le pasó a Trotski que igual consigo algo… Einsss, que no fue un hacha, fue un piolet. Para el caso da igual, lo dejaron aviado. Desde aquí mando mi apoyo a todos esos médicos de la Atención Primaria que no reciben el trato que se merecen.

Antes que se declarase la pandemia terminé un trabajo por fin de obra o yo qué sé. Me contaron que en cuanto llegara el aviso de que se reanudaba algo que de momento se paraba que nos llamaban otra vez. Seis semanas antes habíamos entrado un puñado de nuevos y éramos una especie de “Dream Team” de la oficina. Pues la cosa se redujo al “dream” del pelota del grupo: ese puñado de personas nos ayudábamos entre nosotros, nos contábamos los consejos de los compañeros veteranos y nos animábamos después de las broncas de los jefes. Todos menos uno: el pelota tenía el arte de sonsacarte toooodo, pero él no soltaba prenda. Ahí te lo comas con patatas.

Y que voy a decir del amor. No es que me haya fijado en algún momento en alguien como pareja, no. Se trata de que más de una persona me ha decepcionado en los momentos malos, y me horroriza pensar que yo también haya defraudado a mucha gente, para qué voy a mentir: volverse como los demás es un mecanismo de defensa. La tradición marca que cuando tienes problemas la gente te da la espalda: eso me da igual porque, al menos, los pierdes de vista y dejan de dar por c***. Pero si hay algo que duele, quizás porque se sale de lo inclasificable, es que me han fallado en los momentos buenos, cuando he podido contar algo que estaba bien no se han alegrado o no me han dado el momento de poder contarlo. ¿Acaso debo tener problemas para que te sientas bien?

Siento que una vez inflé un globo que ahora se ha pinchado y el aire se ha ido poco a poco hasta quedar algo sin cuerpo. Lo más injusto de una situación así es que me empuja a valorar de forma insuficiente las cosas buenas que he tenido. Y de la gente que ha estado ahí…, pocas pero de calidad. Debería estar más con esas personas, y no con el globo que se ha pinchado. Os quiero, y ya puestos, Feliz 2023 y todo lo que venga detrás.

sábado, 30 de julio de 2022

Ten cuidado con lo que pones

“Ten cuidado con lo que pones, a ver si lo van a leer”, me dice mi madre. “De eso se trata, mamá”, aunque no creo que las personas a las que me refiero lo lean, sencillamente porque no leen.

Ahora mismo ha llamado la señora a la que me refiero en el post anterior, para hablar dice. Creo que no tiene a nadie más que a mi madre para hablar porque esta señora no para, sino no se explica. Yo no he cogido el teléfono, pero me doy cuenta de que es ella porque a mi madre no le deja meter baza. ¿Se puede ser más egoísta? Ya colgó.

Este tipo de gente es la que, cuando les llamas tú, no tienen tiempo si no es para sacarte algo. Es como que se dan un tiempo para algo mientras tú te haces la ilusión de que les has caído bien y tienen interés en ti. En tus cosas diría yo: tus amigos, tu trabajo o tu lo que sea. Ahora mismo estoy pensando “a ver si mamá tiene razón y me leen”. Me cohíbo, no me atrevo a decir lo que pienso.

Estas personas son de ese tipo de ¿gente? que si no es el centro de atención de todo desbarata lo que sea, caiga quien caiga, les da igual, aunque echen a perder el mejor plan del mundo. Y lo hacen de una manera muy sibilina, como una serpiente que se arrastra y se te enrolla y te estrangula hasta que dejas de ser el centro de tu propio universo y pasas a ser el centro de una nada.

Ojalá consiguiera pasar de esa gente: a lo mejor hasta me atrevería a decir lo que pienso. Ya no veo las noticias, con lo mío tengo suficiente. Gracias a ti que me escuchas.