martes, 12 de agosto de 2014

Pato laqueado

Cuando era adolescente era muy diferente a como soy ahora....


Mis amigas me decían que era como el pato Lucas cuando le daba un ataque de risa: no podía parar, y después de calmarme me daba un ataque más fuerte que antes, hasta que un corta-rollos o el dolor de tripa me calmaban (y aún así soltaba después alguna risita).


Lo cierto es que, por cosas de la vida, yo he cambiado; ya no me echo las risas de antes, pero tampoco lloro: por fuera tengo cara de póquer, y al pato Lucas lo han hecho laqueado.


¿Todo porqué? Nunca falta gente que se divierte pisando, humillando a los demás, como si con ello fuera a cambiar su vida o a olvidar sus frustraciones.



Pero todos llevamos un dragón dentro… Y el dragón se está despertando.



martes, 5 de agosto de 2014

Lo que se queda por el camino

Por fin el día 30 de julio acabé el curso que estaba haciendo; ha sido agotador estar yendo y viniendo a Alcorcón a lo largo de cinco meses. Por el camino iba escribiendo, leyendo o estudiando vocabulario de alemán en una aplicación que descargué en el móvil, pero hasta yo me canso: llegó un momento en que me sentía perdida, como que no sabía lo que estaba haciendo.


Pero poco a poco vuelvo a la normalidad, y los recuerdos del curso empiezan a ser difusos. Ya me apunté otra vez al Inem y también quiero retomar mi vida donde la dejé antes de empezar el curso. He intentado apuntarme a clases de natación, por hacer un poco de ejercicio, pero me han dicho que hasta septiembre nada. Lo más gracioso es que me piden hacer una prueba de nivel: ¡Qué prueba ni qué leches, si nado como las piedras…!


Así que tendré que buscarme otra forma de renovarme antes que el “ahora qué hago” me paralice del todo: imagino que volveré a ir al cine, ahora que vuelven a echar películas antiguas a buen precio, aunque sea a riesgo de que me trague alguna con alguna cupletista de cartel amarillento.


Trataré de volver a la rutina que me engaña y que me hace creer que salgo de casa por un trabajo, y que en la noche cuento en casa lo que he hecho en la oficina, y cosas de esas que no hago hace mucho tiempo. Pero siempre hay algo que se queda por el camino y no tengo ni idea cómo hacer con los cabos sueltos. Esta tarde iré a darme un paseo para pensar mientras camino, igual se me ocurre algo.