lunes, 4 de octubre de 2010

Por fin llegó el frío

Empiezo esta entrada en un momento en que está lloviendo y hace fresquito incluso con las ventanas cerradas. Esto, para alguien que como yo sufre con el calor, es una delicia.

Hace muchos años, cuando aún no existía Internet ni se empleaban conceptos como el de cambio climático, los veranos eran muy calurosos, pero no tanto como ahora y, además, solía caer un chaparrón de vez en cuando, con lo cual había verano a gusto de todos. Ahora es distinto, demasiado quizás. Los últimos cuatro años han sido infernales. Recuerdo el primero de ellos disfrutando de ir al trabajo no por el trabajo sino por el aire acondicionado que había allí, y todo el tiempo que estaba en casa pasármelo tumbada en el sofá porque no podía con el calor, con la tensión por los suelos y levantándome sólo para ir a la nevera a coger más hielo. El único viento que sentías era el que hacía la ventana al abrirla y cerrarla.

En los dos veranos siguientes salía o muy temprano o muy tarde para que el sol me molestara lo menos posible, y si no me quedaba más remedio que salir al mediodía nunca lo hacía sin mi botella de agua, y siempre por la sombra.

Lo de este último verano no tiene nombre. No recuerdo ni un día con viento, tenía que ir al trabajo con el paraguas a modo de sombrilla porque el único camino que había para ir a trabajar estaba a pleno sol, y el camino era larguísimo. Un día me eché una siesta y me tiré al suelo porque era la única manera de dormir algo. En agosto no podía salir sin llenar el bolso de pañuelos de papel: sudaba tanto que el verbo llover dejó de ser impersonal, pero no era nada divertido, más bien bochornoso.

¿En qué piensa esa gente a la que le gusta tomar el sol? Me alegro de que haya vuelto el frío, el calor estaba acabando conmigo. Además, el otoño es mi estación favorita.


2 comentarios:

  1. Yo también prefiero el frío. Nada tan sugerente como una niebla que lo envuelve todo y el oído se convierte en un sentido más útil ... o una nevada, con su increible belleza.

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  2. Me alegra leer tu comentario, ya empezaba a sentirme un bicho raro.

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