Están teniendo lugar las elecciones generales, tanto
tiempo esperadas por unos y tan temidas por otros (aunque lo nieguen). Yo no
fui a votar por la mañana porque me iba a sentir como esas señoras mayores que
van a misa para lucir el abrigo de piel y después se van a comprar pasteles
antes de ir a casa de los nietos.
Acabo de hacerlo y notaba un ambiente tranquilo, y no el
constante ir y venir de personas de otros años, como si fueran interminables
caminos de hormigas a las que terminan por descolocar en cuanto las pisas para
que luego vaya cada una por su lado.
Sintiendo esa quietud, eché a volar la imaginación... Están
a punto de cerrar las urnas. Somos muchos los que estamos pendientes de la
radio, de tv o Internet para saber los primeros resultados, resultados que
cambiarán la Historia y ya no habrá vuelta de hoja.
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