lunes, 27 de agosto de 2012

No es tan difícil


Seguro que he dicho más de una vez que vivimos una época difícil (uy, qué lince…). Nos pasa algo y en seguida estamos escribiendo un sms o un email, que siempre parece que molesta menos que una llamada pero, si no tienes tarifa plana, mejor un cara a cara. Lo curioso es que, si pones 10 ó 15 sms (o más) te los contestan todos, y te animan con las palabras más cariñosas. Si se trata de una llamada te hablan hasta que reciben un sms que indica que se han terminado los minutos que dicen que son gratis (si tienen teléfono fijo no sé qué excusa se inventarán), y si quedas con alguien te echan la bronca cuando te preguntan “qué tal” si luego resulta que tu problema es el de siempre. Si ya lo saben ¿para qué preguntan?


Aquí lo que me planteo es una cosa: ¿nadie se da cuenta que la solución más barata, y con la que se dice más, es un simple apretón de manos o unas palmaditas en la espalda? (un abrazo ya cuesta). No es tan difícil. Lo que sí tengo claro es que, a partir de ahora, cada vez que me pregunten cómo estoy me limitaré a un “bien, gracias”. Lo mismo que sé escuchar, también sé ser borde.

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