miércoles, 23 de febrero de 2011

Si...

Me ha costado pero lo conseguí: tengo trabajo otra vez. Estoy de teleoperadora haciendo verificación de datos. Está un poco lejos de casa pero muy bien comunicado; con salir una hora antes es suficiente. Además, entro a las 12, con lo cual puedo llevar la comida hecha en el mismo día, aunque procuro dejarla hecha desde el día anterior para tener más tiempo para estudiar por la mañana.

No quiero confiarme y pensar que ya tengo la vida solucionada, pero quiero disfrutar de este momento de relativa tranquilidad. De poder “gastar” un poquito más: el fin de semana me voy de comida con los compañeros del anterior trabajo que tuve, me voy a un concierto de música pop y también me voy al cine a ver esa película que han sacado sobre el 23-F. No es que tenga por costumbre juerga, juerga y juerga, pero eran planes que llevaba pensando algún tiempo y se ha dado la casualidad que voy a poder disfrutar de todos ellos en el mismo fin de semana.

No es por echarme flores, tengo gran parte de mérito en lo que he conseguido: he sabido mantener la serenidad en los momentos más difíciles aunque para ello haya tenido que empacharme con chocolate de oferta. Pero también he tenido el apoyo de amigos cuya ayuda no ha sido sólo de boquilla sino que también me han avisado de ofertas de empleo que me podían servir. No digo quiénes son porque me podría despistar y dejarme a alguno en el teclado y eso no estaría bien (de los “otros” ni mentarlos porque como me exalte la lío). A esos amigos que estuvieron ahí quería dedicarles un poema de Rudyard Kipling que dice así:

Si...


Si guardas en tu puesto la cabeza tranquila,
cuando todo a tu lado es cabeza perdida.

Si tienes en ti mismo una fe que te niegan,
y no desprecias nunca las dudas que ellos tengan.

Si esperas en tu puesto, sin fatiga en la espera;
si engañado, no engañas, si no buscas más odio,
que el odio que te tengan...

Si eres bueno, y no finges ser mejor de lo que eres;
si al hablar no exageras lo que sabes y quieres.

Si sueñas, y los sueños no te hacen su esclavo;
si piensas y rechazas lo que piensas en vano.

Si tropiezas al Triunfo, si llega tu Derrota,
y a los dos impostores les tratas de igual forma.

Si logras que se sepa la Verdad que has hablado,
a pesar del sofisma del Orbe encanallado.

Si vuelves al comienzo de la obra perdida,
aunque esta obra sea la de toda tu vida.

Si arriesgas en un golpe y lleno de alegría
tus ganancias de siempre a la suerte de un día;
y pierdes y te lanzas de nuevo a la pelea,
sin decir nada a nadie de lo que es y lo que era.

Si logras que tus nervios y el corazón te asistan,
aún después de su fuga de tu cuerpo en fatiga,
y se agarren contigo cuando no quede nada
porque tú lo deseas y lo quieres y mandas.

Si hablas con el pueblo, y guardas tu virtud.
Si marchas junto a Reyes con tu paso y tu luz.
Si nadie que te hiera, llega a hacerte la herida.
Si todos te reclaman y ni uno te precisa.

Si llenas el minuto inolvidable y cierto,
de sesenta segundos que te lleven al cielo...

Todo lo de esta tierra será de tu dominio,
y mucho más aún: serás Hombre, hijo mío.

3 comentarios:

  1. Enhorabuena Ludovica!!! Mi más sincera felicitación.

    Lo de que está bien comunicado y solo a una hora ... ¿es ironía? Yo tengo la suerte de poder llegar a mi lugar de trabajo andadndo y en poco más de cinco minutos, así que lo una hora solo me sucede cuando tengo que desplazarme a otra ciudad.

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  2. Gracias, Conde. Lo de una hora no es una ironía pero, cuando puedo, prefiero salir con más tiempo aunque me sobre más de media hora. Claro que, la disposición de las líneas de Metro me ayuda. Ten en cuenta también, que Madrid es una gran ciudad como lo es Londres, y atravesarla de un extremo a otro lleva su tiempo.

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  3. Jolín tía, escribes genial. Te quiero mucho :)

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