miércoles, 11 de noviembre de 2020

Imbéciles

No sé cómo vamos a salir de esta. Hoy tuve que comer en un restaurante de comida rápida. Iba al médico por la mañana y luego por la tarde. Todo bien. Pero no tenía tiempo de volver a casa, por eso comí fuera.

Me senté al aire libre y, mientras comía, noté humo de tabaco (¿no estaba prohibido?). Me di cuenta que era un estudiante de instituto, que le echaba el humo a una chica guapa, que no encontró a nadie mejor para ligar. Guapa y descerebrada, porque al recibir el humo, se expone al cáncer y a la covid. Él un chulo, por decir algo fino; ella tiene un cerebro inversamente proporcional al tamaño de su belleza, porque no se da cuenta que el virus no distingue guapos de feos (igual sí, no paraba de quitarse la mascarilla para hablar). No era para tanto.

Con las dos perlas de antes, había otra joya, que estaba venga a consolar a una tipa dándole besitos y haciéndole arrumacos. La consolada debió sacar un cero en algún examen, por lo menos, para permitir semejante conducta.

En fin, esta gente es el futuro de nuestras pensiones. Y si siguen así, no van a ser el futuro de nada. Menudo atajo de imbéciles.

2 comentarios:

  1. Para serte sincera, yo siempre veo imbéciles cuando salgo a caminar, y me da pena.

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    1. Hola Roxana. A mí también me da pena ver a ese tipo de imbéciles, pero me da pena por mí, porque yo quiero vivir aunque la vida sea dura. También te digo que, cuando yo tenía la edad de esa gente, las personas éramos más responsables, teníamos en cuenta la opinión de nuestros mayores, y éramos más conscientes de que a veces hay que hacer sacrificios para obtener una ganancia que, en este caso, nos beneficia a todos.

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