Hace ya varios días que quedó atrás el estado de alarma,
que ha durado 99 días. Parece que por fin estamos empezando a salir de una
situación difícil, pero no sé cómo porque hay quien se pasa las normas por el
forro: los que no llevan la mascarilla ni en el codo, los que van fumando y su
nube ocupa todo el ancho de la acera, los “hola, mua y mua”. Si no eran para
tanto…
Luego está que no entiendo que prevalezcan os temas
económicos sobre los humanos. ¿Cuál es la solución? No lo sé, los dos son temas
importantes, y seguramente no habrá algo que sea a gusto de todos. Seguro que
lo más adecuado se sabe a posteriori, eso siempre. Como dijo alguien “es muy
fácil prever el futuro cuando ya ha pasado”.
Y luego está el tema de los entendidos, ¿quién no ha
recibido por WhatsApp un mensaje con cualquier tipo de consejo, y que no cita
las fuentes? Ahora están los que se oponen a las mascarillas, al
distanciamiento social, a saludarse con el codo y a la desinfección
sistemática. ¿Se puede ser más bestia? Me olvidaba, estos también se oponen a
la vacuna (a esa y a todas).
Sé que si no puedo aportar una solución constructiva
mejor callada que “poner palos en las ruedas”. Esta frase tampoco es mía, pero
viene “ad hoc”. Solo espero que no tarde en llegar el momento en que los palos
ayuden a caminar y no a impedir que las ruedas se muevan.
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