jueves, 26 de marzo de 2015

Tres días

En fin, el trabajo al que opté semanas atrás se lo dieron a otra persona y, por primera vez en mucho tiempo, fue una asignación justa, aunque claro, me hubiera gustado que contaran también conmigo.

Sigo la búsqueda de empleo. Las ofertas se repiten día tras día, semana tras semana… No salen cosas nuevas. Suena una llamada: me ofrecen un trabajo de un día para sustituir a una chica que se toma unas vacaciones aprovechando un puente. Ese día luego serán tres por motivos familiares de esa persona.

Esos tres días me están sirviendo para refrescar aspectos importantes de mi experiencia de cara a trabajar en una oficina, y también, por qué no decirlo, pulir aspectos en los que estoy verde, y no porque algo se me dé rematadamente mal, sino porque al no haber trabajo una se oxida.

Pero, por el hecho de insistir en que son tres días, no quiero que parezca que hay por mi parte sarcasmo de algún tipo. Antes bien, hay gratitud porque he tenido la suerte de ir a parar a un sitio con buen ambiente y al que no se tarda mucho en llegar.

Si insisto en que son tres días es porque, desgraciadamente, no falta quien no se da cuenta que, el que sean pocos días de trabajo remunerado, forma parte de la realidad de aquellos cuya ocupación consiste en buscar trabajo de manera gratuita. Y si, ni siquiera te dan esos tres días, lo más probable es que te digan “¿tú estás buscando?”

1 comentario: