Qué tristeza cuando las apariencias son sólo las
apariencias y el desprecio va parejo al sinsentido.
No se pueden hacer las cosas mal, ni decirlas con vileza,
la vida se cobra las afrentas, pero tampoco puede un@ estar cuestionando
continuamente lo que hace, esa no es la solución.
Estoy cansada, la vida es injusta, pero todo llega, hasta
lo bueno, y ese día me voy a pensar si conozco a alguien, no lo puedo evitar…
He tenido que luchar para que estas líneas no me salieran
en verso, sino esto sería infumable. ¿Por qué la poesía fluye tan bien con la
pena?
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