Tengo el extraño convencimiento de que no me va a faltar
nada en el futuro, aunque no sé en qué me baso porque mi vida está en punto que
no va hacia ningún sitio.
Intento aprovechar el tiempo estudiando, leyendo, en una
palabra, formándome para estar a la altura cuando encuentre un trabajo.
Llegará. Lo que no ayuda es oír los sueldos de gente que sale por televisión.
Hay uno al que le pagan tal barbaridad que tendría que trabajar diez años para
ganar lo que esa persona gana en un día. Se trata de un futbolista. Supongo que
el asunto mueve mucho dinero: patrocinadores, publicidad, y un largo etcétera
de cosas.
Por lo menos ese hombre hace un trabajo, pero esos
“colaboradores” a los que se les paga, por ejemplo, 500.000 al año… Aquí sí me
niego a calcular cuánto tiempo tendría que trabajar para ganar eso. Es
desalentador, mucho, ver todas las pegas que tenemos las personas corrientes
para tener un trabajo, ya no hablo siquiera de algo para lo que hemos
estudiado, mientras que a otros se lo dan sin pedirlo.
Voy a encender el aire acondicionado, porque buscar trabajo con el calor que da el portátil es muy chungo. Estoy muy desalentada, no sé cuándo voy a volver a trabajar, pero tengo que seguir buscando. A ver si ya no me sale eso de “esta oferta ya no está disponible”.