En un rato me tomaré un té con limón y luego saldré a
comprarme algo de ropa. No puedo salir aún porque tengo que hacer cosas en
casa.
Tengo metido en la cabeza el pumpapachún de unos vecinos,
y no me deja centrarme. Igual cambiaba mi planificación si supiera que a la
vuelta estaba el patio en silencio, pero me temo que no va a ser así, y yo no
puedo pasar todo el día fuera de casa. Hoy es sábado y se puede meter ruido
hasta las dos de la madrugada.
Seguro que en la cervecería de al lado hay más silencio. Y
mejor música, aunque cualquier música es mejor que esa mierda que suena. Pensar
que genera millones es insultante. ¿Dónde está la música de verdad? En la Luna,
seguro.
Ya es diciembre y los villancicos me horrorizan, pero empiezo
a echarlos de menos. No tienen ese bum, bum, bum que se clava en el cerebro y
te lo tritura. Yo no sé quién inventó ese engendro de ruido, pero me voy a
acordar de su padre mientras suene.
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