Es difícil expresar lo que se siente cuando crees que has
vuelto a entrar otra vez en la dinámica del mercado laboral y, de pronto, ves
que estás fuera antes de lo que pensabas; el único éxito que has tenido en
mucho tiempo no ha tenido el eco que esperabas, y empiezas a pensar que era una
estupidez. Y cuando crees que, por fin, vas a poder esconderte debajo de la
cama, todavía alguien encuentra tiempo para decirte cómo tienes que atar las
bolsas de la basura. Lo han conseguido, me siento inútil.
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