Llevo en la
biblioteca cosa de dos horas o así. Vine con la esperanza de un poco de
tranquilidad para estudiar, porque no hay nada como unos vecinos ruidosos para
valorar otras oportunidades de paz. Al rato de llegar y ocupar un sitio con
enchufe para el ordenador se han sentado dos adolescentes, que no sé si han
venido a estudiar o a ordenar los apuntes o qué leches. Lo cierto es que he
tenido que ponerme los auriculares y poner a Bach a todo volumen porque, no sé
cómo lo hacen, el trasiego de papeles que se traen es insoportable.
Bach. |
Como sigan
así, dentro de un rato tendré que pasarme a Beethoven, cuya bendita sordera le
impediría enterarse de semejante ruido, pero no le impediría ver la expresión de inteligencia de estas dos
niñatas. A ver si el portátil termina de cargarse y me puedo cambiar de sitio.
Beethoven. |