Qué mal
asunto tener un blog y quedarse en blanco... Bueno, en blanco, lo que se dice
en blanco, no. Lo que pasa es que, por una prudencia mal entendida, no pongo
muchas cosas que se me pasan por la cabeza: el miedo a una opinión inmerecida
no es el mejor consejero a la hora de escribir algo. Pero eso tiene que
cambiar: me quedo callada y me la cargo igual…
No sé si me
atreveré a dar el paso, pero, a ver si a partir de ahora, escribo más lo que
pienso, y no que pienso demasiado lo que escribo.