El que no se consuela es porque no
quiere. El lunes de la semana pasada me llamaron para incorporarme ese mismo
día de una empresa donde había estado trabajando anteriormente para hacer una
encuesta; no sé en qué momento oí que una semana. Una vez dentro de la ballena
dijeron que hasta el viernes, y después la cosa se quedó en cuatro días. El
último día que estuve me dieron un equipo con el que apenas oía y apenas me
oían a mí los encuestados, era como si hubiera puesto una conferencia con un
poblado de hormigas: tenía que pegar tales voces que aún me duele la garganta,
aunque he conseguido dejar atrás la fiebre.
Poblado de hormigas |
El mismo viernes me llamaron para
decirme que ya no hacía falta que fuera, así que, en vez de ir al trabajo fui
volando a mi oficina del Inem para apuntarme y en seguida fui al McDonald’s a
pillar de su wifi con el ordenador para pedir hora con el fin de solicitar la
reanudación del paro. ¡Horror! Cuando entro en la web correspondiente, me
encuentro que debo elegir entre marcar la reanudación para no sé qué
contributiva o la opción de alta/reanudación para no sé qué leches. Si elegía
la opción que no era, y luego por ello no me podían atender, tenía que pedir
cita nuevamente y vete a saber cuando podía pedir la reanudación, y como ya
había pasado por un problema así cuando pedí el paro en el verano… Después de
estar cuarenta minutos al teléfono para que nadie me pudiera ayudar (máquinas
sí había, pero personas no), decidí cerrar el portátil e irme al super a
comprarme un bote de dulce de leche, infalible contra la ansiedad.
Ummmm... |
Abrí el bote, cogí una cucharada sopera
y empecé a comerme el manjar poco a poco. En menos de veinticuatro horas dejé
el bote por debajo de la mitad pero me dejó una sensación de paz que casi me
hace olvidarme que mañana tengo que regresar a mi oficina de desempleo. Iré con
el ordenador y el pincho de internet, me conectaré ahí mismo y luego les
pediré, con la pantalla correspondiente delante, que me indiquen cuál es la
opción que debo marcar. Cualquiera puede pensar que exagero, pero si por no
llevar mañana el portátil no me explican donde debo hacer clic, tendré que
pasarme otra vez a comprarme otro bote de dulce de leche y más papel higiénico.
En fin... |