El pasado día 11 de mayo, mi madre fue hospitalizada en
el Hospital La Paz de Madrid para ser intervenida en un hombro que se fracturó
por una caída en la calle. En una operación que duró unas cuatro horas, los
cirujanos que la atendieron le reconstruyeron el hombro y le pusieron una
prótesis de titanio y plástico.
Pero no solo el personal del quirófano tuvo un trabajo
impecable. Desde el primer momento, todo el personal sanitario, desde celadores
hasta médicos, pasando por enfermeros, auxiliares y administrativos, se volcó
con mi madre y con los otros muchos enfermos que estaban en la misma planta.
Cinco días tardó mi madre en dejar la habitación 202 y su
recuperación promete, y todo gracias al trabajo de profesionales que dan todo y
que, mayormente, no ven reconocido su trabajo. Profesionales de la Sanidad
Pública, la que se quieren cargar.