lunes, 19 de septiembre de 2016

En la parada del bus

Como en mi casa no ha funcionado el aire acondicionado durante el verano, muchas veces he ido a una cafetería para trabajar con el portátil mientras me tomaba unos cafés. Se está bien: antes los escritores iban con su bolígrafo y unas hoja, ahora ya van con su portátil.


Una noche, cuando di por terminado mi trabajo, fui a la parada del bus para regresar a casa. Me quedé de pie al lado de un chico chino, que a su vez estaba sentado junto a una señora que tenía a su izquierda a una pareja de filipinos. Cuando la señora se dio cuenta que los que estábamos a su alrededor llevábamos un smartphone, se puso a hablar con los filipinos como si le estuvieran prestando atención. Decía que esa misma mañana había hablado con una chica filipina muy lista ("los filipinos son muy listos") a la que preguntó si sabía en qué año llegó Cristóbal Colón a América, y que la chica en seguida miró en el móvil y le dijo que 1492.

Como los filipinos no le hacían caso porque estaban "ocupados", la mujer se puso a hablar con el chino. Y le empezó a contar que "ahora los chicos jóvenes no sabe algo y lo miran en el teléfono". La mujer le preguntó en qué trabajaba y el chico se puso a sonreír. La otra siguió preguntándole todo tipo de cosas como si tuviera derecho a ello. "Oye, tú tienes la EGB ¿no?". Yo estaba indignada. ¿Por qué daba por sentado que el chico se había quedado en la EGB? ¿Porque era chino?


La señora debía creerse un pozo de sabiduría, porque empezó a contarle al chino que Cristóbal Colón se embarcó en una de las carabelas y que descubrió América porque, en realidad, no iba a América sino que iba a buscar China y en el camino se encontró con América.

El joven chino estaba partiéndose de risa, no sé si porque se enteraba de todo o porque no se enteraba de nada. Yo no dije nada porque la mujer en ningún momento se dirigió a mí, pero me quedé con las ganas de pegarle un buen corte. ¡Y encima no entendía que nadie le prestara atención! Por si acaso, al subir al bus, me fui al fondo, en la parte donde se pueden apoyar los pies.


Reconozco que me quedé rabiando y con ganas de decirle cuatro cosas a la tipa esa, pero otra vez será. Desde luego, las paradas del bus dan para mucho.