viernes, 25 de marzo de 2016

Mucho mejor que hace un año

Muchas cosas han cambiado desde hace un año. En realidad desde más tiempo. Di con un servicio de odontología donde me están atendiendo estupendamente y eso siempre es un buen principio para cambiar la vida.

Pero no eran solamente mis piños los que tenía que cuidar, sino que tenía que mejorar mi situación en otras muchas cosas. Me he esforzado en eliminar frentes de malestar de forma que, aunque sigo sin trabajo, cada vez es más frecuente no dejarme llevar por los momentos de tensión. Para conseguirlo, he tenido que poner de mi parte, claro está, pero también he tenido que aprender mejor con quién voy. También leo lo que puedo. Una vez leí que aprender algo es lo más eficaz para combatir la tristeza, aunque lo de distinguir el grano de la paja lo he aprendido en la vida.

Y como me cuesta ponerme a caminar, ahora bailo. Bailo cuando no me ve nadie porque soy penosa. Todas las músicas las bailo igual, aunque marco bien el ritmo. Esto de bailar también tiene su motivo: entre un tobillo torcido y el roscón de reyes engordé suficientes kilos como para no querer decirlos. Ya he conseguido no asfixiarme cuando me meto en los pantalones.

Volviendo al tema de los dientes. Una vez me dijeron que iba a ser un proceso largo y penoso, pero estoy viendo que merece la pena. Y lo mejor es que si eres cliente de odontología, te hacen descuento para arreglarte los pies.

Bueno, voy a ver si encuentro torrijas light por algún sitio.