viernes, 31 de enero de 2014

Ruido

Llevo en la biblioteca cosa de dos horas o así. Vine con la esperanza de un poco de tranquilidad para estudiar, porque no hay nada como unos vecinos ruidosos para valorar otras oportunidades de paz. Al rato de llegar y ocupar un sitio con enchufe para el ordenador se han sentado dos adolescentes, que no sé si han venido a estudiar o a ordenar los apuntes o qué leches. Lo cierto es que he tenido que ponerme los auriculares y poner a Bach a todo volumen porque, no sé cómo lo hacen, el trasiego de papeles que se traen es insoportable.

Bach.

Como sigan así, dentro de un rato tendré que pasarme a Beethoven, cuya bendita sordera le impediría enterarse de semejante ruido, pero no le impediría ver la expresión de inteligencia de estas dos niñatas. A ver si el portátil termina de cargarse y me puedo cambiar de sitio.

Beethoven.

lunes, 27 de enero de 2014

Puzzles

Hoy ha sido unos de esos días en que siento que no encajo en ninguna parte. Llamas a alguien, y no puede quedar, y a otros no me atrevo a llamarles por miedo a que no les guste mi plan, eso por no hablar de las ofertas de empleo de las que no cumples las condiciones. Al final, he pasado horas de horas en una hamburguesería, leyendo un poco y aprovechando la conexión wifi. Yo tengo en casa, pero es por variar un poco de aires.



Las personas somos como las piezas de los puzzles, que hay que ir cambiándolas de sitio hasta dar con las piezas con las que encajan. Otra cosa será que al meter las piezas en las cajas, hayan puesto una en la caja equivocada: no puedes forzar la pieza para que encaje, lo suyo sería dar con la caja que le corresponde, pero eso es muy difícil.