domingo, 16 de junio de 2013

Tengo curro

Aún no me lo puedo creer. El jueves me llamaron para hacer una prueba para un trabajo y el viernes me dijeron que el puesto era mío. Además, es a media hora de mi casa,  y si hay suerte menos. Con seguridad sólo será mes y medio, pero nunca se sabe. Y de algo que me gusta, la grabación de datos.


No he podido tener más suerte. Lo de la búsqueda de empleo (yo lo hago por Internet) es algo muy irregular: lo mismo no encuentras nada en días, como que encuentras siete posibilidades en un momento (sí, a veces ocurre), y muchas veces serán ofertas a las que ya te has apuntado hace tanto tiempo que ni te acuerdas de ello.

Está claro que tengo que aprovechar una ocasión como esta; tendré que trabajar como si me fuera la vida en ello. En cualquier caso, dure lo que dure, cerrará la boca a más de uno: yo valgo.

jueves, 6 de junio de 2013

El señor de la letra A

Estoy en la recta final de gestionar una ayuda que dan a los desempleados cuando se les ha terminado el paro. A decir verdad, no es tan complicado como parece, lo que pasa es que el alarmismo vende, y por eso estaba muy asustada pensando que me iba a liar con el papeleo. Y, cumpliendo la tradición, debo confesar que me lié, solo que tuve la suerte de que la señora que me atendió en el Inem fue un ángel que me ayudó a organizar mejor la documentación que le llevé y, además, me explicó el porqué de cada paso. Otra cosa será que me den la ayuda, pero por intentarlo no pierdo nada.

Así es como nos sentimos los que tenemos que hacer papeleo en las oficinas de  empleo/desempleo.

Siempre que voy a mi oficina, me fijo en los carteles que hay pegados en la pared, más que nada por si hay algo interesante de lo que me tenga que enterar: algún curso, algún trabajo, alguna bolsa de empleo… (no había muchos carteles, me temo).

También me he fijado en la gente que trabaja allí. Tienen fama de bordes pero tienen cara de que les hubieran pegado la gripe… En realidad les han pegado tristeza: la que llevan todas las personas que van allí porque han perdido su empleo y no hay perspectivas de encontrar otro. El que hay es un ambiente gris, como si hubiera encima un montón de nubes grises que no se quitan y no dejan entrar la luz: ¡quién pudiera soplar para que se fueran!

Qué voy a decir...

Una persona a la que eché de menos fue al señor de la letra A. Las oficinas del Inem (ahora Sepe) tienen dos partes. En la mía, según entras, a la izquierda está la zona donde te apuntas al paro, donde sellas la papeleta correspondiente, gestionas los contratos y pides los cursos: hay que pedir turno cogiendo un papel, como en el mercado, pero atienden rápido. A la derecha la cosa va más lenta; son las mesas donde se pide información, se hacen gestiones (reanudación del paro, solicitud de ayudas y un corto etc.) y se hacen otras gestiones (entrega de documentación que se te ha olvidado llevar la vez anterior, por poner un ejemplo).

Antiguamente, si ibas para información pedías la letra A, si ibas para gestionar el paro pedías la B, y si ibas para otras cosas que ya no me acuerdo, pedías la C. Para cualquier consulta, duda o angustia que tuvieras ibas a la mesa de la letra A. En mi oficina (es que ya empieza a parecer mi casa) había un señor que pasaba de los cincuenta años al que le podías preguntar cualquier duda porque lo sabía todo, y te resolvía los problemas con una rapidez inusual, para que luego digan. Para ir a las mesas de las letras B y C, creo recordar que con un madrugón era suficiente.


Ahora hay que pedir cita previa: por teléfono y por internet, que yo sepe, perdón, sepa. Desde dentro no sé cómo se verá el invento, pero desde fuera no se ven más que desventajas: tienes prisa en hacer una gestión y te dan para veinte días después. Esto en la letra B. La C es como el Senado, arregla poco. Pero, ¿qué ha pasado con el señor de la letra A? ¿Lo han jubilado? ¿Lo han despedido? ¿Lo han reubicado en otro puesto? Ni idea, lo tengo que preguntar la próxima vez que vaya, pero tengo miedo de que no me guste la respuesta que da una mesa vacía.

Qué lástima.