domingo, 24 de febrero de 2013

Marea Ciudadana

Hoy una Marea Ciudadana recorrió muchas calles de muchas ciudades españolas. Yo estuve en la de Madrid. Ríos de gente salieron de diferentes puntos de la ciudad y confluyeron, como ha ocurrido en otras ocasiones, en la Plaza de Neptuno: de allí arranca la Carrera de San Jerónimo donde se encuentra el Congreso de los Diputados.

Había varios ríos, de diferentes colores cada uno: el negro representaba a los mineros, el naranja a los trabajadores sociales, el blanco a la sanidad, el verde a la enseñanza, el malva aludía a las mujeres (y también hombres) que defienden sus derechos, los que iban de azul defendían la gestión pública del uso del agua… Pido disculpas si me dejo algún color.

Descubrí que trabajadores despedidos de Telemadrid emiten on-line en http://www.tmex.es/, que todavía no se ha olvidada a Lucha, la galga del metro de Madrid, que la gente mayor es mayor pero no tonta. También había bomberos, que ya no quieren colaborar con los desahucios… En fin, como una imagen vale más que mil palabras, aquí os dejo unas fotos que he sacado con un viejo móvil. Disculpadme la calidad, sé que en algunas no se ve mucho, pero no tengo para comprarme otro y mucho menos una cámara.

Esto sólo era el principio...
La enseñanza pública es para todos.

La sanidad pública también.

No tiene sentido que la gente se quede sin casa, y las casas sin gente.

Yo voy a la biblioteca cuando no me puedo comprar los libros, cosa que ocurre desde hace mucho tiempo.

El agua es un derecho de todos.

La experiencia siempre es un grado.

En todo el recorrido, los y las componentes de las batucadas hicieron lo imposible porque no decayera el ánimo.

¿Y si Albéniz, Falla y Granados vieran esto?

Esto se comenta solo.

No dudo que Velázquez los hubiera pintado.

"Pan y circo" que decían los romanos, pero falta pan y sobran payasos.

Un chorizo...

¿Dónde están?

Pues yo ni eso.

La flecha del cartel amarillo apunta a la Carrera de San Jerónimo, donde está el Congreso de los Diputados.

No son flores, son quejas.

Si es que hoy era el día que era.

Es nuestra y era buena. Ojalá no tarden en dar buenas noticias.
  
Y sin olvidarme del bilingüismo de la enseñanza pública madrileña, quería terminar con una frase que leí hace unos días en The Economist: “There’s not enough bread for so many chorizos”.

lunes, 11 de febrero de 2013

En punto muerto


Ahora mismo estoy como en un punto muerto. Mi situación no se mueve hacia ninguna parte. Ya arreglé los papeles del paro, todos los días puedo enviar, al menos, una solicitud de empleo. De alguna manera parece que la cosa empieza a moverse, pero no se mueve. Por momentos, siento que estoy dando palos de ciego. Lo único que hago todos los días es estudiar el alemán, pero por el gusto de hacerlo, no porque tenga planes de ir a Alemania. Estando las cosas como están, lo mismo la Merkel se pone chula y devuelve de una patada en el culo a todos los españoles que han estado viajando para trabajar allí.

Bandera de Alemania.

Hay que ver lo que hace tener demasiado tiempo para pensar. Ayer, en uno de mis sempiternos paseos al centro de Madrid, me puse a dar vueltas por las diferentes tiendas de música de la zona de Sol para comprarme un afinador para el violín. A ver, que no es que me haya dado un flus en la cabeza y haya pensado en hacer carrera en el Metropolitan, es que en mi cuarto no tengo sitio para la guitarra y me he cogido un violín que tenía muerto de risa y que, está claro, es más pequeño que la guitarra. La guitarra la volveré a coger cuando se me ocurra cómo ordenar mi cuarto, que es algo así como una partida de Tetris conmigo dentro, sólo que ahora no me apetece terminar la partida.

Afinador que me compré.

Volviendo al tema del violín: hace años que no lo cojo y no sé si seré capaz de hacerlo sonar. El Cumpleaños Feliz supongo que sí, y el Cinco Lobitos supongo que también. Lo j….. es afinarlo; lo suyo sería haberme comprado un afinador cromático, pero me parecía un disparate el precio (creo que eran cerca de 20 euros), así que me conformé (qué remedio) con uno que parecía un mirlitón y que no llegaba a los dos euros. Qué pena de afinador, pero por algo se empieza.

Afinador que me hubiera gustado comprarme.

Es curioso. En la tienda donde entré a comprármelo había delante de mí una señora que, además de comprarse una funda para su guitarra hiper-mega-fashion, también se estaba comprando un afinador. Me contó que hacía muchísimos años que no tocaba porque nunca aprendió a afinar, y que ahora, que vio a su sobrino tocar la guitarra, que le habían entrado ganas también a ella. No sé si ahora se animará a continuar de verdad con la guitarra, pero el afinador que se llevó ya me hubiera gustado a mí.

La víctima.

En fin, la crisis nos hace hacer cosas muy raras…

lunes, 4 de febrero de 2013

Señora, cállese


Ayer estuve en una de las concentraciones que han tenido lugar hasta ahora para protestar por los casos de corrupción en la cúpula del partido que está en el Gobierno. No tengo ni idea cuántos éramos, pero sí que éramos muy ruidosos. Después de estar un buen rato ante su sede en Madrid, bajamos por la calle San Bernardo hasta Gran Vía y de allí hasta Alcalá, frente al Banco de España, lugar donde dejé la concentración porque no me encontraba bien.

En todo momento, toda la gente se comportó con corrección, tanto Fuerzas de Seguridad del Estado como manifestantes, aunque yo (debo reconocerlo) tenía miedo: todos sabemos que nunca se sabe cómo acaban estas cosas. A lo largo del camino, muchos conductores daban bocinazos para indicar su apoyo a los manifestantes, y otras personas nos aplaudían al paso por las diferentes calles.

Un rato después de retirarme y tirar hacia Sol, pasé junto a un grupo de cuatro personas, bien arregladas aunque sin estridencias, salvo una mujer, que iba muy puesta. Estaban preguntándose cuál era el motivo de la manifestación, cuando a esa mujer se le ocurrió afirmar mientras se reía “deben ser de los que dicen «queremos más»”.

No señora, no queremos más. Queremos lo que es justo: no necesitamos ropa cara como la que llevaba usted, ni comer en restaurantes de lujo, ni bolsos caros (yo aún tengo la mochila que me regalaron en el Congreso de los Diputados hace creo que tres años, porque no tengo dinero para comprarme bolsos). Mañana tengo que ir al Inem para reanudar mi prestación por desempleo, y me van a decir cuánto tiempo me queda. Después tendré que pedir una ayuda que, cuando se acabe (si me la dan), me quitará mi derecho a tener médico, porque ahora, si no tienes paro y no tienes ayuda, no tienes médico, así hayas estado trabajando años de años.

Señora, antes de decir estupideces que ofenden, por favor, cállese.